Intervenciones en el sistema hidrológico de la región de la Ciénaga Grande de Santa Marta, una laguna salobre en la costa colombiana del Caribe, tuvieron como resultado una acumulación de sal en el suelo y en consecuencia la muerte masiva de la vegetación manglárica. El programa colombiano-alemán PRO-CIENAGA proyectó la reconstrucción de tres canales de agua dulce para rehabilitar el ecosistema. Se espera que a través de ellos se restablezca el intercambio de agua entre el Río Magdalena y el sistema lagunar y que las inundaciones periódicas hagan disminuir la salinidad. La reconstrucción del primero de estos canales, el Canal Clarín, se realizó entre octubre de 1994 y octubre de 1995. Durante la última fase de las obras, entre abril y octubre de 1995, se investigó paralelamente el impacto que estas actividades tienen sobre la regeneración natural de la vegetación en áreas con diferentes grados de degradación. El manglar mejor recuperado se localizó en La Rinconada, donde el intercambio de agua durante todo el año ha logrado un descenso de las concentraciones de sal en los suelos. El nivel del terreno sube desde la Rinconada hacia el oeste, a lo largo del Canal Clarín, disminuyendo en consecuencia las inundaciones invernales y el nivel de las aguas freáticas. Por la evaporación del agua capilar se acumula una mayor cantidad de sal en los suelos del oeste, ubicados a un nivel más alto e inundados con menor frecuencia. De esto resulta una altura menor de los árboles. Manglares vivos se conservan únicamente en una franja angosta a lo largo de las orillas. La vegetación restante produce frutos y diásporas que pueden contribuir a una regeneración natural siempre y cuando se reduzca a largo plazo el índice de salinidad. Hay que advertir sin embargo que el establecimiento de las plántulas en las áreas degradadas se ve dificultado adicionalmente por el calentamiento extremo de los suelos desnudos, por los efectos de animales herbívoros y por niveles de agua constantemente altos.