Introducción: El contexto de la guerra en Colombia requiere ante todo una mirada regional del conflicto armado para dimensionar la complejidad de las afectaciones que ello ha producido sobre la nación en general y sobre las poblaciones víctimas de las regiones que componen al país, en particular. Es por ello que, a través del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), cuya intención parte de la reconstrucción de los acontecimientos violentos en la historia Nacional, y de la naturaleza del contexto que permitió se gestaran estas situaciones, se propone en el presente caso emblemático exponer lo sucedido en la masacre de los palafitos del complejo lagunar Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) en el año 2000, a manera de un aporte histórico particular a la totalidad de esta serie de hechos violentos desde una mirada local. Se trata así de un informe que relata y analiza múltiples escenarios que se presentan en un solo caso concreto y complejo, y sobre el cual se tratará con detalle a continuación. Inicialmente se debe pensar al Complejo Lagunar CGSM como un territorio en tensión que está atravesado por tres grandes ejes de poder: el ambiental y ecológico, el comunitario y pesquero y, finalmente, el del conflicto violento y armado. Al interior de este complejo de aguas dulces y saladas, se encuentran las poblaciones palafíticas1 de Nueva Venecia (también llamada, ‘el Morro’), Buenavista y Bocas de Aracataca (o Trojas de Cataca), cuya vocación ha sido la tradición pesquera desde mediados del siglo XIX, fecha aproximada de sus constituciones. Al igual que muchas otras poblaciones de la Región Caribe, sus habitantes no se libraron de quedar en medio de una guerra que no les pertenecía. Y, sin embargo, el caso de estas poblaciones del Caribe Colombiano resulta un escenario emblemático que debe y tiene que ser recordado en la historia nacional, puesto que presenta una particularidad que lo diferencia de lo sucedido en las demás comunidades víctimas del conflicto armado: estos pueblos se caracterizan por una condición que Fals Borda denomina cultura anfibia2, una característica que sirve como modelo cultural para comprender los fenómenos del retorno sucedidos al interior de las comunidades, ya que pese a todas las situaciones que debieron enfrentar los pobladores a diario, posteriormente a la masacre del 2000, la mayoría de los que componen las comunidades de Nueva Venecia y Buenavista retornaron a sus hogares. Aunque en Bocas de Aracataca no se presentó el mismo fenómeno, una pequeña parte de la población se resiste también allí a desaparecer, pues existe una identidad colectiva que no solo sirve para explicar lo doloroso del desplazamiento, sino también el arraigo con el espacio geográfico que aún hoy está en disputa con otros actores económicos y políticos. Es así que, al indagar durante la realización de esta investigación sobre los sucesos que llevaron a los pobladores a retornar a las aguas del Complejo Lagunar una vez perpetrada la masacre, se revela en los relatos de las víctimas la construcción de una relación no sólo económica con el espacio, reflejada en la tradición y vocación pesquera, sino también de identidad y arraigo al territorio, expresada en los más de cien años de estar sobre el agua y en a transmisión de conocimientos y costumbres tradicionales. Estas características culturales, pese a la marginación, la exclusión social a la que se han visto sometidas estas comunidades, las disputas sobre los espacios de agua y las consecuencias que los modelos de desarrollo regional han acarreado sobre las economías y modos de vida locales, han permitido que los habitantes de los pueblos palafíticos desarrollen una capacidad de resistir ante la adversidad como un intento por seguir haciendo parte de un territorio que ha garantizado, a su vez, la continuidad de estos pueblos y de sus habitantes, ilustrando además el significado que adquiere dicho espacio al forjar identidades individuales y colectivas. Para ello, el texto recoge en 3 capítulos los elementos que constituyen lo emblemático del caso. En el Capítulo 1 se narra lo sucedido el día de la masacre, teniendo en cuenta también la forma en que, aún en la contemporaneidad, los sucesos del pasado han dejado una fuerte huella que se ve reflejada en las diversas formas de daños que afectaron a la comunidad, así como en la posición de inconformidad con el Estado frente a lo sucedido; recogemos también en este primer capítulo aquellas relaciones de tradición cultural pesquera que, junto con otras características temporales y espaciales, le otorgaron a estas comunidades la capacidad de resistir ante la adversidad. Estos aspectos son desarrollados con base en los testimonios de las víctimas: el recuento de lo sucedido parte de las voces locales de los protagonistas y sobrevivientes del siniestro, para mostrar la magnitud del conflicto armado desde la experiencia personal y la forma como se conciben hoy en día cada una de las consecuencias del mismo. De igual forma, este informe pretende presentar cuál fue el contexto histórico que dio origen a las comunidades palafíticas y cómo inició el conflicto armado en la zona, lo cual es recopilado en el Capítulo 2. Son estos los contextos que dieron lugar a los sucesos relacionados con la masacre y que permiten comprender el posterior retorno de las poblaciones al espacio lagunar. La explicación de estos contextos permite también desentrañar la forma en la que el interés de distintos actores por un territorio contribuyó a desencadenar una de las peores masacres del país. Asímismo, se realiza una lectura general de la fuerte influencia paramilitar en las esferas políticas de la región, del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia, junto con el posterior rearme y consolidación de las llamadas ‘Bacrim’. Desde este marco conceptual, que relaciona la Memoria Histórica con las construcciones culturales de una comunidad sobre sus espacios, la tarea de reconstrucción de la memoria histórica busca presentar también, con una mirada amplia y en su singularidad, los aspectos que permiten entender el tipo de relación particular de arraigo espacial que estas poblaciones sostienen con su entorno. Es en este contexto y dentro de este marco conceptual que puede llegar a entenderse cómo el retorno es en el caso de los pueblos palafíticos una forma de resistencia que, sumada a las otras características de los pueblos anfibios, se convierte en un elemento clave para ser indagado desde la memoria histórica; en primer lugar, porque conduce a desarrollar las medidas de justicia transicional, reflejadas en los procesos de una reconstrucción de los hechos violentos que garantice los procesos de verdad y justicia para las víctimas; en segundo lugar, porque conduce a replantear la clase de reparación, tanto material como simbólica, necesaria en el caso de comunidades que viven en un contexto como éste. Los palafitos se encuentran dentro de un territorio natural oficialmente declarado como zona de reserva exclusiva, en el que la apropiación y el arraigo de un territorio se da irónicamente sobre cuerpos de agua que, por ley, no pertenecen más que al Estado3. Por ello, para el tercer y último capítulo de esta investigación se señala el contexto actual de las poblaciones palafíticas, en el que se presentan principalmente situaciones de pobreza extrema reflejadas en la desnutrición infantil, en la ausencia de servicios…………………..