CONCLUSIONES: Como resultado de las investigaciones y estudios llevados a cabo durante el desarrollo del trabajo, se llegó a las siguientes conclusiones, que corresponden a los problemas y necesidades de la cuenca: Existe una definida necesidad de abastecimiento de agua para suplir -las deficiencias que demandan el riego de suelos agrícolas y otros usos en el área plana. Las mayores exigencias de los dativos se presentan en los meses de diciembre, enero, febrero y marzo que, de manera general, corresponden con los períodos de estiaje o de menor caudal en el río Frío.
Hay una mala utilización actual de los suelos del área plana si se compara con su alta adaptabilidad para un desarrollo agropecuario intensivo con irrigación, ya que existen 6.969 hectáreas aptas para uso bajo riego y otras 2.325 hectáreas que se consideran marginales con rehabilitación; sin embargo, sólo se encuentran actualmente con riego 2.467 hectáreas en cultivos permanentes y condicionalmente irrigados 3.507 entre cultivos permanentes y mixtos o anuales. En cuanto a la mala utilización o subutilización, hace referencia a que existen 367 hectáreas de tierras óptimas para cultivos intensivos y no se les utiliza corno tal; las 2.500 hectáreas en pastos sólo se les utiliza para pastoreo extensivo, estando en condiciones de un uso intensivo y semi-intensivo; por último existen 3612 hectáreas en rastrojo o vegetación natural que, sin embargo, admiten un uso restringido o controlado.
Igualmente, se presenta un uso y manejo inadecuado de los suelos del área quebrada y una fuerte presión del hombre sobre el bosque, todo ello con consecuencias graves sobre el equilibrio hídrico y degradación del recurso suelo. De acuerdo a la clasificación y calificación de los grados de erosión, establecidos para la cuenca superior, existen 2.478 hectáreas en -erosión severa que representan el 85′, de su área total, 1.661 hectáreas en erosión moderada o sea el 5.2% del área, 8.303 hectáreas que representan el 26% en erosión ligera y 19.365 hectáreas en erosión natural, este último sin mayor importancia en cuanto a aporte de sedimentos a las aguas.
Quedó establecida una anómala situación actual de tenencia de la tierra en la cuenca superior, por cuanto la mayoría de las tierras son propiedad de la nación y por tanto el 90% de sus gentes permanecen bajo la condición jurídica de colonos, a pesar del tiempo de posesión de las mismas; esta falta de título los ubica en situación desventajosa pues obstaculiza completamente su posibilidad de acceso al crédito, servicios de asistencia técnica y los induce hacia un permanente escepticismo hacia todo cuanto reviste el carácter de gestión oficia.
La Ley 2a. de 1. 959 que señala, para la Sierra Nevada de Santa Marta. – Zona Forestal Protectora, ha sido mal interpretada en cuanto hace referencia a la cuenca del río Frío, ya que se ha creído que toda la cuenca forma parte de lo prescrito en la mencionada providencia y, sin embargo, sólo el 50,3% de la extensión del área quebrada viene a constituir Zona Forestal Protectora.
El manejo conservacionista de la cuenca receptora no permite atender las necesidades de abastecimiento de agua; en estas condiciones la única forma de solucionar las demandas del recurso hídrico es mediante obras de regulación, o mediante otras fuentes hídricas como aguas subterráneas o interconexión de corrientes.
Como consecuencia del punto anterior se concluye que el aprovechamiento y manejo hídrico de la zona plana deben estar proyectados hacia toda esa unidad geográfica denominada Zona Bananera y deberá estar basado en el “agrupamiento de cuencas regionales de planeamiento” (Cuencas de los ríos; Frío, Sevilla, Tucurinca, Aracataca y Fundación).
Aparte de los problemas ocasionados por la situación de tenencia de la tierra, existen otros de carácter social y económico relacionados, especialmente con nivel de desempleo, grado de nutrición, formación educativa por falta de establecimientos apropiados, deficiencias en los servicios de salud, acueductos y vías. E igualmente es irregular la organización actual de la comunidad rural como pilar básico del desarrollo regional.