A finales del mes de Julio de 1979, se suscitó una polémica a nivel nacional, en la cual los
industriales defienden la construcción del puerto alterno y la ciudadela industrial en la
margen derecha del Río Magdalena, obras establecidas en los artículos 8 y 9 de la Ley 31 de 1979; los ecólogos se oponen a dicho proyecto por considerar que atenta contra la Isla de Salamanca.
Las tesis que sostienen los industriales están basadas en la profundidad natural del Río en la margen derecha de acuerdo a principios de geomorfología e hidráulica. Se tienen fenómenos opuestos en los márgenes del Río: sedimentación en la margen izquierda y erosión en la derecha (donde se ubica el puerto proyectado). La industrialización de la región, las obras que se construirán y la existencia de la carretera Ciénaga-Barranquilla.
Los ecologistas alegan que el ecosistema predominante (manglárico) se encuentra degradado y en vía de destrucción y que las obras que se han construido han causado disturbios ecológicos de gran trascendencia para el futuro climatológico de la costa. Lo anterior conlleva a una sucesión secundaria obligada, que repercutirá gravemente en la disminución de la pesca en toda la región, y con ello, un aumento del desempleo en todos los pueblos pescadores.